Estos días estamos viendo por televisión las imágenes espeluznantes en el interior de una guardería, donde hacían que los niños comieran sus propios vómitos, entre otras bestialidades.
Es una pena que una manzana podrida cotamine al resto del barril. Sólo quiero dejar patente que a pesar de estos delincuentes existen muchos centros donde los niños son cuidados de forma exquisita.
Para finalizar me gustaría apuntar que los participantes de esta atrocidad no deben quedar in demnnes, ni ellos ni los que lo consintieron. No hay nada más bajo que atentar contra los indefensos.